Tengo que admitirlo. Estoy en una etapa de caos total. Había encontrado todo este tiempo un método bastante efectivo: hacer la limpieza general de noche, los miércoles. Terminaba de cenar, empezaba lavando los platos, seguía por la cocina, y cuando me quería acordar, las 2 am me agarraban fregando en el baño de arriba. Al otro día iba cansada al trabajo, pero sabía que al regresar mi casa estaba IMPOLUTA y podía dedicarme a descansar. Ahora bien. Como siempre, el diablo metió la cola: tuve que realizar un super viaje con el club a Charata, provincia del Chaco, (fuimos a bailar en los festejos del centenario de esa ciudad). Las 15 horas de ida y 15 horas de vuelta en micro, en menos de 3 días, me dejaron de cama literalmente. Toda esta semana, cada vez que volví a mi casa me tuve que acostar ni bien terminé de comer porque, en serio, nunca no me estoy muriendo de sueño. Es así que volvimos a foja cero y mi casa es un gran cuarto adolescente con ropa en el piso, migas en...
Me gusta pensar en cómo organizar y mejorar espacios y procesos, incluída la rutina diaria. En camino permanente hacia el minimalismo.